sábado, 8 de diciembre de 2012

Capítulo catorce.


Azahara Priego, estás invitada al último concierto de la gira de One Direction en Reino Unido el sábado 29 de Diciembre en el O2 London Arena. Aquí tienes tu pase VIP con tu nombre y la entrada. Esperamos disfrutes del concierto. Att: One Direction Management.
PD: Princesa, ya está todo hablado con los Watson. Podrás venir y quedarte en nuestro hotel durante tres noches. Espero que me acompañes en la firma que tenemos el día de antes al concierto. Te recogeré en la puerta el jueves a las 16.00h. Lleva algo bonito, que tengo una sorpresa. Te quiero, Liam. xx”

El sobre había aparecido en el escritorio de mi habitación, justo bajo mi móvil. No sabía quién había podido ponerlo ahí ya que ni Anne ni Jack entraban en mi habitación. Quizá Liam se lo había dado a Sophie y ella lo había puesto. Ni idea, pero era el mejor regalo del mundo. Iba a pasar tres días junto a mi novio y disfrutaría de su último concierto. Tenía pensado volver a casa por Navidad pero Anne y Jack me necesitaban y de todas formas, tenía contrato durante 2 meses más. Así que acepté la invitación enviándole un mensaje de buenos días a Liam.

Preparé a los niños y los llevé a su último día de clase antes de las vacaciones de Navidad. Al día siguiente sería Nochebuena y era el cumpleaños de Louis, al que estábamos todos invitados. Los chicos habían preparado una fiesta en uno de los mejores locales de Londres. Todo el mundo sabía que Pacha London estaba reservado para One Direction y muchos fans estarían en la puerta esperándonos llegar en nuestras limusinas para la fiesta de cumpleaños de Lou. Las revistas habían hablado de ello durante el último mes, después de publicar una disculpa hacia mí por aquel “equivocado” artículo. Me fui de compras con Eleanor y Marta para terminar de conseguir los regalos de Navidad y un nuevo vestido para la fiesta de Navidad.

James y Sophie estaban esperándome en la puerta del colegio. Había llegado tarde a recogerlos debido a las compras de Navidad. Había mucho tráfico y, al ver a los niños pasando frío, me sentí muy mal así que, en cuanto llegamos a casa, les hice tortitas y chocolate caliente con nubes, encendí la chimenea y les puse el DVD de Toy Story 3. Llamé a Liam mientras el chocolate se calentaba y los niños se cambiaban la ropa del colegio y le dije que íbamos a ver Toy Story. Se presentó en mi casa dos minutos después. Sólo se había perdido los créditos y se sentó junto a los niños. James estaba encantado de verle, como siempre; pero Sophie no estaba muy feliz de verle allí. Me senté con ella en el sofá pequeño dejando a Liam y a James solos en el grande tumbados disfrutando de la película favorita de ambos.

- ¿Qué te pasa, Sophie? ¿Estás triste porque ha terminado el cole?
- No. Volveré la semana que viene.
- Entonces, ¿qué te ocurre?
- Nada.
- ¿No me lo quieres contar? – Le ofrecí su taza de chocolate con 3 nubes como a ella le gustaba y me miró sonriendo al ver la taza.
- Sí. Pero es que…
- No pasa nada, Sophie. Si no quieres, no tienes que contarme nada. – Psicología inversa. Con James siempre funcionaba, ¿funcionaría ahora con Sophie?
- No, Azahara. Es que… - Miró de nuevo a Liam, que en ese momento estaba abrazando a James mientras aparecía Buzz Lightyear en la televisión. – Es que no quiero que te vayas con Liam en Navidad.
- Anda… ¿Y eso? ¿Por qué no?
- Porque te voy a echar mucho de menos…
- Y yo a ti pequeña. – Abracé a Sophie y ambas comenzamos a llorar. Sólo estaría una semana sin verlos pero para Sophie parecía demasiado tiempo, el cual a mí seguramente se me pasaría volando. Liam nos miraba con una triste sonrisa. Había escuchado la conversación y se sentía culpable de apartarme de esos niños, aunque sus padres (y mis jefes) dieran el consentimiento para que yo tuviera esas pequeñas vacaciones junto a Liam.
- Vamos a ver la película, ¿vale Sophie? – Le dije mientras nos separábamos y le quité las lágrimas de la cara. – Sólo será una semana. Estaré aquí para llevarte de nuevo al colegio la semana que viene, ¿de acuerdo?
- ¿Lo prometes?
- Te lo prometo.
- Está bien. – La pequeña me abrazó, sonriendo por fin y se fue al sofá grande junto a Liam y James. Yo me tumbé en el pequeño y me quedé dormida casi al instante.

Al despertar, me di cuenta que estaba en mi habitación con la ropa puesta excepto las Converse que estaban perfectamente colocadas en el suelo, al lado de la cama. Al incorporarme y coger el móvil, noté que había un papel pegado en éste.

“Azahara, me he llevado a los niños al parque. Llámame cuando despiertes, Bella Durmiente. L.”

Sonreí, me puse los zapatos y llamé a Liam mientras bajaba las escaleras. Iba a la cocina a por las llaves de mi coche y la casa cuando Liam respondió:

- ¿Ya estás despierta?
- Sí. ¿Cómo están los niños?
- Ellos muy bien, jugando con una ardilla. Yo un poco aburrido. Ya sé por qué estás siempre en mi casa o yo en la tuya. Cuidar de niños solo es muy aburrido.
- Pobre. Ahora mismo voy. Llevo el coche, ¿vale?
- Perfecto. Trae algo de comer para Sophie y James, que tenían hambre.
- Vale, ¿qué quieres tú?
- ¿Yo?
- Sí, tú.
- Pues yo para comer nada… Bueno sí, algo que ya lo traes tú.
- ¿Sí?
- Sí, tus labios. Así que ven rápido que ya echo de menos ese sabor.
- Qué tonto eres. Ya voy.
- Te quiero.
Te quiero Liam.

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