miércoles, 28 de noviembre de 2012

Capítulo diez.


Fue una mañana espectacular. El desayuno que hizo Liam, compuesto por tortitas con miel, chocolate caliente y café estaba delicioso y mucho más cuando estábamos los dos desnudos en la mesa de la cocina y yo sentada encima de las piernas de mi novio dándonos de comer el uno al otro.

Cuando terminamos de desayunar, Liam me pasó al ordenador todos los vídeos del videoclip de Up All Night y las fotos mientras me vestía y, cuando acabó de guardarse, lo puso en el DVD, hizo palomitas y estábamos a punto de verlo cuando sonó mi teléfono. Era Anne. Me dijo que podía quedarme el resto del día con Liam, que no me iban a necesitar puesto que se iban con los niños a ver a sus abuelos. Colgué y abracé a Liam tirándolo al sofá y acurrucándome en sus brazos. Liam me besó la frente y le dio al play. El video de Up All Night empezaba con unas imágenes de todos y cada uno de nosotros bailando, charlando o comiendo en el caso de Niall y entonces salían los chicos solos y empezaban a cantar. Liam salía perfecto cantando sus solos y aún más cuando alternaban imágenes nuestras de cuando nos separábamos y nos observábamos desde la distancia. Y entonces salía el sexy Harry y hacía esos movimientos durante su solo. No pude contener la risa y Liam me miró como si fuera un bicho raro. El video quedó genial y añadieron durante “the table breaking” la caída de Zayn y Marta rompiendo la mesa. Y entonces llegó la mitad del vídeo y aparecimos Liam y yo, uno frente al otro y empezamos a hablar… y el beso. Sólo recordar cómo Liam me atrajo hacia él y me besó me hacía estremecer. Todo siguió y el final era una imagen difuminada de Liam y yo abrazados en la terraza. Estaba genial y me había encantado recordar todos esos momentos con mis mejores amigas y mis ídolos que ahora eran mis mejores amigos. Liam me besó la frente y yo lo miré sonriendo. Nos besamos y nos quedamos abrazados. Y sonó el teléfono de Liam. Lo sacó del bolsillo de su pantalón y contestó sin mirar quién era.

- ¿Sí? – Su cara cambió y de tener una enorme sonrisa pasó a ponerse completamente serio y con el ceño fruncido. – No me llames de nuevo. Aquí ya no hay nada que te interese. Déjanos tranquilos. – Y colgó.
- ¿Quién era? – Pregunté extrañada de su expresión.
- Nadie importante.
- Venga ya, Liam. Te conozco y esa expresión tuya no me gusta. – Suspiró y se rindió.
- Era Caroline Flack.
- ¿Caroline?
- Quería hablar con Harry.
- ¿Y por qué te llama a ti?
- Porque Harry tiene bloqueado su número. Quería saber si Harry está soltero aún.
- ¿Y qué hacemos?
- Voy a llamar a Harry. Y a los demás, para que vuelvan.
- Está bien. Me voy a duchar. Ahora te veo, y sonríe. Me gustas más cuando sonríes.
- Lo haré. – Me cogió por la cintura, me retiró un mechón de pelo de la cara poniéndolo detrás de mi oreja y me besó.

Los chicos regresaron justo cuando yo salía de la ducha solo con mi toalla creyendo que aún tardarían un poco más, con lo que conseguí hacer reír a todos cuando Liam se sonrojó al verme delante de todos sus amigos con el pelo mojado y una pequeña toalla alrededor de mi cuerpo. Liam me agarró y me sacó de la habitación rápidamente mientras yo también me reía. Lo besé cuando llegamos a las escaleras y me subí corriendo para cambiarme. Tardé unos 5 minutos y cuando bajé estaban todos en el salón sentados en los sofás muy rígidos y serios. Me asusté y no me moví de la puerta.

- ¿Qué pasa?
- Es posible que Caroline venga hacia aquí ahora mismo. – Me respondió Niall.
- ¿Y eso es malo?
- Mucho. – Zayn tenía la BlackBerry en la mano y escribía a alguien muy rápido. Supongo que sería a Marta.
- ¿Me lo vais a contar?
- No quiero que Caroline conozca ni a Sara ni a Rebeca. – Harry no me miró puesto que se estaba mirando los pies con las manos entrelazadas.
- ¿Pero por qué? Ella es solo tu ex…
- No es solo su ex, Azahara. – Me contestó Liam que ya se había colocado a mi lado y me cogía la mano para llevarme hasta uno de los sillones. – Ella trabaja en la televisión. Puede decir cualquier cosa sobre todas vosotras y todo el mundo, recalcando TODO EL MUNDO, la creerá.
- Pero eso a nosotras no nos importa. Yo ya he vivido eso cuando te conocí y las chicas sé que tampoco tendrán ningún problema.
- No es lo que vosotras penséis. Es lo que pensamos nosotros. – Zayn dejó de escribir en su BlackBerry y me miró. Tenía los ojos llenos de lágrimas. De verdad le importaba lo que pudiera ocurrir con las chicas, en especial con Marta.
- Sabemos que es capaz de todo con tal de volver con Harry, pero no lo vamos a permitir porque Harry lo pasó muy mal después de dejarlo con ella. – Dijo Louis. – Y para ello, te necesitamos.
- ¿A mí?
- Sí. Liam no está de acuerdo pero eres nuestra única opción puesto que con Eleanor no se lleva muy bien…
- Vale. ¿Qué tengo que hacer? – Liam me miró medio enfadado pero le sonreí mientras le cogía la mano.
- Sólo tienes que ser tan adorable como siempre con ella. Y convencerla de que Harry está saliendo con alguien.
- Está bien, creo que podré hacerlo. Pero, ¿con quién se supone que está saliendo?
- Ahí está el problema. Sigue sin decidirse entre Rebeca y Sara.
Exacto.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Capítulo nueve.


Después de 5 días sin ver a mis nuevos amigos y a mi novio, llegó el viernes y con él, el tourbus de One Direction que se detuvo en la puerta de la urbanización. Yo estaba recogiendo las habitaciones de Sophie y James y no tenía mi iPhone cerca por lo que no escuché que Liam me llamaba durante toda la mañana. A las 3, cuando iba a recoger a los niños al colegio, vi las más de 50 llamadas perdidas de Liam y me quedé sin aire. No me había acordado de que ese día volvían. Comencé a conducir y recogí a los niños, los llevé a casa y se subieron a dormir. Aproveché para llamar a Liam quién me contestó al primer tono.

- ¿Estás bien? – Fue lo primero que escuché.
- Sí. Lo siento.
- No pasa nada. ¿Puedo verte?
- ¿De verdad lo preguntas?
- Voy. – Y me colgó.

A los dos segundos sonó mi teléfono en mi mano. Era Liam.

- ¿Qué pasa?
- Te quiero. No te lo había dicho. – Y volvió a colgar.

No pude evitar sonreír. Este chico me hacía feliz. Me fui a la cocina y comencé a preparar palomitas y calenté leche para hacer chocolate. Liam llamó a la puerta y le abrí. Al verme, sonrió y me abrazó levantándome del suelo y, cuando me bajó me besó largamente cerrando la puerta con el pie. El chocolate empezó a borbotar y ambos salimos corriendo hacia la cocina. Saqué las palomitas del microondas y puse el chocolate en vasos. Liam sacó una película de su mochila pero no pude ver el título antes de que la pusiera en el DVD y volviera a por la bandeja de las palomitas y el chocolate. Fui hacia el salón sonriendo y pensando que tenía el mejor novio del mundo cuando vi en la televisión el título de la película: Love Actually.

- Vaya… Esto es diferente a lo que me tienes acostumbrada, Señor Payne.
- Lo se. Es de Harry. Me la ha prestado prometiéndole que solo la vería contigo. Pero claro, ¿con quién más la vería?
- Pues vamos a ello. – Me senté en el sofá y cogí la colcha ya que empezaba a hacer frío, y me tapé. Liam se sentó a mi lado y lo tapé a él también.

La película comenzó y Liam y yo estábamos acurrucados abrazándonos el uno al otro. Mi cabeza estaba apoyada en su hombro y, de vez en cuando, notaba como sus labios tocaban mi pelo. Durante toda la película, sus manos enrollaban los mechones de mi pelo y me hacía cosquillas en la espalda. Ninguno de los dos prestaba verdadera atención a la película, hasta que me harté y comencé a besarle.

- ¿No estábamos viendo la película? – Me preguntó sin apenas despegar sus labios de los míos.
- No. Ninguno de los dos lo está haciendo. – Y seguí besándolo.

No sé cómo ocurrió pero acabamos en mi habitación, no sin antes comprobar que James y Sophie dormían profundamente. Cerramos la puerta con llave y comenzamos a quitarnos la ropa el uno al otro. Yo empecé quitándole la camiseta, descubriendo ese perfecto cuerpo esculpido que tenía y él me quitó mi camiseta sonriendo ante mi cuerpo semidesnudo con mis curvas y mi barriguita. Le desabroché el pantalón lentamente y, creo que conseguí desesperarlo, ya que acabó quitándoselos él a la vez que me los quitaba a mí tardando mucho menos de lo que esperaba. Me cogió con una mano por la cintura y me tumbó dulcemente en mi cama. No paraba de observar cada milímetro de mi cuerpo pero yo no podía separar mis ojos de los suyos. Comenzamos a besarnos. Primero lenta y dulcemente, después más rápida y provocadoramente. Las manos de Liam recorrían todo mi cuerpo hasta llegar a mi ombligo dónde se detuvo haciendo que un escalofrío me recorriera la espalda. Pero se por qué se detuvo: James se había despertado. Me separé de él y me vestí rápidamente. James estaba en su habitación jugando con sus juguetes haciendo mucho ruido y lo observé desde el marco de la puerta sonriendo, mientras Liam aparecía tras de mí. Nos miramos y suspiramos. Decidimos sin hablar bajar de nuevo al salón y terminar la película. De nuevo nos abrazamos, esta vez aún más pegados que antes y disfrutamos de la película. Tendría que darle las gracias a Harry por dejarle la película a Liam. Cuando acabó, Liam se levantó del sofá, se despidió de mi con un beso, me dijo que me llamaría más tarde y se marchó. Recogí la bandeja de palomitas y chocolate y lo limpié todo antes de hacer la cena para Sophie y James, quienes comieron y se volvieron a sus habitaciones. Mi teléfono no sonó en el resto de la tarde. Jack y Anne llegaron de trabajar cansados y se marcharon a su habitación diciéndome que tenía la noche libre y la mañana del día siguiente también. Llamé a Liam para decirle que tenía la noche libre y me dijo que me fuera a su casa.

Cogí mi pijama y una muda para el día siguiente. Además cogí mi ordenador puesto que quería que me pasaran el vídeo y las fotografías del videoclip de Up All Night. Salí de mi casa y llegué a la urbanización dónde un pequeño grupo de fans me reconoció y me pidieron autógrafos y fotos. Liam salió a por mí al ver que tardaba mucho y, después de hacernos fotos juntos con las fans, conseguimos que nos dejaran entrar en la casa.

La casa de los chicos estaba demasiado silenciosa.

- ¿Dónde están los chicos?
- Se han ido el fin de semana a casa de Harry. Por eso te llamé esta mañana, estaba solo. – Habló lentamente y parecía incómodo hablando de ello.
- Ah… Lo siento… Otra vez.
- No lo sientas. – Me cogió la barbilla obligándome a mirarlo. – Ahora estamos juntos de nuevo. – Me besó, pero se separó rápidamente. - ¿Qué quieres hacer?
- No sé… - Hice como que pensaba arrugando mucho la frente y la nariz haciendo reír a Liam. - ¿Qué tal… - Rodeé el cuello de Liam con mis manos y me puse de puntillas. - … si retomamos lo que dejamos esta tarde?
- Ummm… Me parece bien. – Susurró en mi oído y me cogió en volandas, pegué un gritito pero después me reí.

Me llevó hasta su habitación y me colocó en la cama bocarriba y él se tumbó encima de mí. Me cogió las muñecas y empezó a besarme. Primero la boca, luego bajó al cuello y me mordió varias veces el lóbulo de la oreja, haciéndome sentir cosquillas en la espalda. Le quité la camisa y él la mía. Sonreímos al sentir nuestros cuerpos semidesnudos tan juntos y nos quitamos los pantalones el uno al otro, lentamente, besándonos a cada momento. Liam desabrochó mi sujetador y lo tiró tras él. Después, empezó a tocar mis senos y a juguetear con mi tripa como si fuera un bebé haciéndome reír y entonces me miró apasionadamente y me quitó el tanga de un tirón y yo hice lo mismo con sus boxers. Coloqué un preservativo en el “pequeño Liam” y él no esperó más. Me dolió un poco, porque fue muy rápido pero debió de darse cuenta y después fue mucho cuidadoso conmigo. No obstante, fue increíble. Nos movíamos acompasadamente y todo lo que hacíamos era unirnos más. No había nada ni nadie que pudiera separarnos ahora.

Fue una noche maravillosa y dormimos juntos sin taparnos con las sábanas puesto que nuestra temperatura corporal estaba muy elevada. Mi cabeza reposaba en los pectorales de Liam y sus brazos me sujetaban dulce pero fuertemente, como si Liam temiera que pudiera irme, cosa que nunca pasaría. Estaba demasiado cómoda como para irme. Por la mañana, desperté en los brazos de Liam que estaba despierto.

- Buenos días. – Le dije.
- Buenos días, preciosa. – Me contestó besándome la frente.
- ¿Cuánto tiempo llevas despierto?
- No sé… ¿Media hora?
- ¿Media hora? ¿Y por qué no me has despertado?
- No se, eres muy dulce durmiendo. Me he quedado observándote y ha sido el mejor despertar de mi vida.
- El mío también. – Me tumbé encima de él y lo besé. Liam me devolvió el beso mientras me apartaba el pelo de la cara con sus delicadas manos. Hasta que nos rugieron las tripas a ambos y comenzamos a reír.
- ¿Tienes hambre? – Pregunté.
- Sí. ¿Y tú?
- También. ¿Qué quieres desayunar? – Le pregunté mientras me disponía a levantarme y me senté en el borde de la cama aún desnuda y sintiendo la mirada de Liam en mi espalda. Me abrazó por detrás y me besó el hombro.
- No te voy a dejar cocinar. Dúchate y baja. Yo haré el desayuno.
- No. – Me miró con cara de enfado. – No. Tengo una idea mejor.
- ¿Sí?
- Sí. – Me acerqué a sus labios aunque sin llegar a besarle. – Dúchate conmigo.
- Ummm…. Me gusta esa idea. – Me cogió por la espalda y me llevó al baño mientras yo pataleaba para que me soltara, pero sólo me soltó dentro de la bañera y él se metió conmigo mientras abría los grifos. Tardamos una hora en ducharnos pero ninguno de los dos quería dejar al otro.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Capítulo ocho.


Dos horas más tarde, Lou me dejó salir del baño. Iba muy despacio, bastante nerviosa, y empecé a bajar las escaleras lentamente, mucho después de que Lou llegara al piso de abajo. Había tenido que respirar varias veces antes de decidirme a poner la mano derecha en la barandilla y comenzar a bajar. Encontré a los chicos mirándome desde abajo justo al lado de una cámara que me grababa. Genial, ahora si me caigo siempre lo recordarán. Pero me centré en la cara del único que me importaba: Liam. Era el que tenía la boca abierta mirándome. Los demás sólo sonreían. Cuando estaba a mitad de la escalera, Liam se movió y subió lentamente, me tendió su mano y me ayudó a bajar como si de un príncipe se tratara.

- Estás increíble. – Me susurró al oído.
 Gracias. Nunca había estado así.
- ¿Así, cómo?
- Feliz.

Liam me miró y me sonrió dulcemente para terminar dándome un beso en la mejilla. Niall me abrazó cuando Liam se separó de mi y acabé entre 10 brazos que me abrazaban fuertemente.
- Está bien, está bien. Chicos, soltadla. – Gracias Lu. – No pienso volver a peinarla porque vosotros la destrocéis, así que cuidarla bien.
- Gracias. Me estabais ahogando. – Dije cuando me soltaron.

Un hombre me hizo una señal para que lo siguiera y me despedí de todos.
- Azahara, ¿verdad? – Asentí. – Soy John Urbano, el productor del video. Quiero que me digas algo antes de empezar a grabar.
- Está bien.
- ¿Conoces la letra de todas las canciones de los chicos?
- Sí. Era su fan antes de conocerlos. ¿Cuál es la que vamos a grabar hoy?
- Up all night. Quiero me digas si sabes actuar.
- ¿Actuar? Pues… Creo que sí. Siempre quise ser actriz y estuve en un grupo de teatro. ¿Por qué?
- Quiero que te aprendas algunas frases que grabaremos para incluir en el vídeo.
- ¿En serio? Pero… ¿No sería mejor una actriz?
- No. Porque Liam quiere que seas tú, y cree que lo harás bien. – Liam…
- Entonces, tendré que hacerlo. ¿Cuáles son esas frases?
- Este es el guión. – Me tendió un folio. - Será una conversación entre tú y Liam que añadiremos hacia la mitad y después seguirá la canción.
- Perfecto. Gracias. – Me despedí con un apretón de manos de John y me senté en la cocina a estudiar mis frases. Era un diálogo corto.

“L: Tú eres la única.
A: ¿La única?.
L: Sí, quiero quedarme despierto toda la noche contigo.
A: ¿Toda la noche?
L: Up all night.
A: No puedo dejar ir mi sentimiento…
L: …Porque solo puedo pensar en ti.”
(KISS)

Está bien. Pone “beso” al final. ¿Qué finalidad tiene ese beso? No pude deducirlo, ya que llegó Liam y me abrazó por la cintura.

- ¿Estás preparada?
- No.
- ¿Nerviosa?
- Sí.
- Tranquila. Yo estaré contigo.

Salimos de la cocina y me encontré en el salón de la casa, que estaba lleno de gente, sin muebles, sólo una mesa en el centro y una cabina de DJ en la que estaba Zayn enseñándole a Marta como se remezcla. Parecía una fiesta de verdad. Incluso todos iban vestidos para ello. Empecé a tiritar. Llevaba dos años sin actuar. Y mucho más sin besar a alguien en público sabiendo que me estarían grabando. Está bien, eso no había pasado nunca, por lo que me puse aún más nerviosa. Liam lo notó y pasó su brazo por encima de mis hombros. Eso me reconfortó un poco, pero tuve que abrazarlo y ocultar mi cara entre su cuello para relajarme del todo.

Zayn empezó a poner música y comenzó la fiesta. Todo estaba preparado para que fuera una fiesta de verdad. Música antes de la grabación, comida, bebidas, globos… Empezó a sonar Up all night y todos empezamos a bailar con todos. Los chicos comenzaron a cantar y a hacer lo que mejor se les daba: ser ellos mismos. Niall no paraba de comer, Zayn ponía la música, Harry ligaba con Rebeca y Sara, Louis hacía reír a todos con su traje de zanahoria y Liam… Bueno, Liam no se separaba de mí. Si yo me alejaba para bailar con mis amigas, él se iba con Niall y me observaba desde allí. Cada cámara tenía asignado a un chico o una chica por lo que todo quedaba grabado: cualquier mirada, guiño o palabra. Todo podía servir para el video final. Y entonces ocurrió. La música se paró de golpe y yo me vi en el centro del salón frente a Liam.

 Respira. – Me dijo y lo hice. – Tranquila. – Me dijo y me relajé. – Empiezo. – Me guiñó y sonreí. Sus guiños eran tan dulces, porque cerraba los dos ojos.

-       L: Tú eres la única.
-       A: ¿La única?.
-       L: Sí, quiero quedarme despierto toda la noche contigo.
-       A: ¿Toda la noche?
-       L: Up all night.
-       A: No puedo dejar ir mi sentimiento…
-       L: …Porque solo puedo pensar en ti.

Mientras decía su última línea me sujetó por la cintura, me atrajo hacia él de un tirón haciendo que mis manos se colocaran en sus pectorales y me besó. Cerré los ojos y disfruté de la sensación. En ese momento, para mí nadie nos observaba, a pesar de que todas las cámaras nos estaban enfocando para coger la imagen desde todos los ángulos. Liam era mío y nadie podía separarme de él, salvo él mismo, que dejó de besarme y comenzó a bailar conmigo mientras la música volvía a sonar y todos volvían a cantar. Zayn y Marta se subieron encima de la mesa y la rompieron coincidiendo con el trozo de la canción. Niall agarró a Sonia y la llevó hasta el centro para bailar con ella. Harry seguía sin decidirse entre mis dos amigas por lo que se quedó con las dos y bailaron los tres. Louis se quitó el traje de zanahoria y bailó con Eleanor. Y Liam y yo nos sentamos en los sillones de la terraza, de espaldas a las cámaras. Hacía bastante frío pero Liam se quitó su chaqueta, me la puso por encima de los hombros y después me abrazó.

- ¡Corten! – Gritó John y Liam y yo entramos de nuevo a la casa. – Creo que tenemos suficiente material. Habéis estado genial. Todos y todas. Mañana haremos otras tomas de diferente forma, sólo con los cantantes. Os enviaremos el resultado final la semana que viene. Muchas gracias.

Todos comenzamos a aplaudir. Las cosas de grabación se quedaron allí por lo que decidimos subir todos a dormir. Los chicos tenían muchas habitaciones de invitados y una era tan grande y toda llena de literas que decidieron que podríamos dormir todos juntos allí. La habitación era blanca entera salvo el suelo que tenía una alfombra muy blandita con el logo de 1D. Las literas de tres pisos llenaban todas las paredes e incluso se podían sacar más camas de los cajones de debajo de las literas.
Liam me dijo que la mejor cama era la de arriba del todo y no me lo pensé, subí y observé la cama. Estaba toda llena de pétalos de rosa y una caja de bombones. Liam había subido las escaleras justo después que yo y ahora miraba la cama tras de mí todavía ambos en las escaleras.

- Te dije que era la mejor cama. – Me sonrió y lo besé. Casi nos caemos porque me lancé a su cuello, pero él nos mantuvo a los dos en la escalera.
- Gracias, te quiero. – Liam bajó las escaleras de nuevo y yo también.
- ¿Te ha gustado? – Me preguntó Sonia.
- ¿Lo sabías?
- Sí, claro. Lo preparamos ayer. – Todos empezaron a reír al ver mi cara de asombro, pero no pude decir nada porque llegó Harry con una bandeja de comida y Niall con muchas bebidas.
- ¿Quién quiere comer? – Preguntó Niall mientras él mismo cogía un puñado de patatas fritas.
- Pues no le diremos que no a éste menú. – Dijo Sara y fue hacia Harry.
- ¿Eso va con segundas? – Le preguntó Marta desde los brazos de Zayn.
- Puede… - Empezamos a reír todos y acabamos comiendo sentados en la alfombra.

La noche estuvo genial. Todos reímos, jugamos a las cartas e intentamos explicarles juegos españoles. Niall conocía algunos de ellos y nos ayudó a explicarlos. Nos lo pasamos genial y, cuando ya empezábamos a bostezar, decidimos acostarnos. Liam subió conmigo a la litera de los pétalos y me ayudó a recogerlos todos. Quería guardarlos, tenerlos siempre de recuerdo. Zayn y Marta estaban en la parte de abajo de nuestra litera. Harry, Sara y Rebeca estaban en la litera más alejada a nosotros, uno en cada cama. Yo sabía que ninguno de los tres quería eso, pero también sabía que Harry seguía sin saber a quién elegir. Sonia y Niall estaban en la litera de al lado nuestra. Niall estaba loco por Sonia pero ella, en principio, no sentía nada por él; no obstante, dejó que Niall durmiera con ella.

No sé cómo sería la noche de cada una de mis amigas, pero la mía fue genial. Liam no paraba de acariciarme la cara, darme besos en las mejillas y en la frente. Nos comimos un par de bombones dándonos el uno al otro y acabamos durmiendo abrazados. Mi cabeza estaba apoyada en su pecho y él me abrazaba.

Nos despertaron los productores del videoclip y Lou, que obligó a los chicos a bajar y prepararse para su día de grabación. Liam me dio un beso antes de marcharse pero no pude quedarme mucho más en la cama. Cogí los pétalos y la caja de bombones y me fui hacia el baño. Me duché y arreglé y bajé a desayunar.

Los chicos estaban grabando por separado y en ese momento estaba Harry con sus solos del estribillo y me quedé mirándolo. Ya estaba acostumbrada a verlos cada día, pero aún me salía la fan que era antes de conocerlos cuando empezaban a cantar. Louis me encontró mirando a Harry y me dijo: “HE’S MINE” al oído y comencé a reír dándome la vuelta y volviendo a subir. Desperté a las chicas y, cuando todas estuvimos preparadas bajamos de nuevo. Los productores nos pidieron que no hiciéramos ruido por lo que nos salimos a la terraza y, aunque hacía frío, nos quedamos allí, hablando, como solíamos hacer en España. Al cabo de un rato llegaron los chicos y Eleanor. Ella nos dijo que si nos apetecía salir de compras a lo que respondimos a coro con un YES!!! y todos reímos. Me despedí de Liam, Marta de Zayn y Sonia (para sorpresa de todos) le dio un beso a Niall que se puso colorado en segundos. Además, Harry besó en la mejilla a Sara y a Rebeca y entonces nos marchamos con Eleanor.

Estuvimos en Oxford St. y muchas jóvenes chicas nos pararon en varias tiendas y en la calle pidiéndonos fotos y autógrafos. Eleanor estaba acostumbrada y era perfecta atendiendo a todos, pero Marta y yo éramos nuevas en esto. Incluso les pidieron fotos a Sara, Rebeca y Sonia que no habían salido aún en ningún medio de comunicación, aunque después del vídeo de Up All Night no tardarían en hacerlo. Nuestras tarjetas de crédito estaban que echaban humo, pero nos lo habíamos pasado tan bien comprando y El nos aconsejó algunas prendas perfectas para cada una de nosotras que no nos importaba lo que nos habíamos gastado. Volvimos a casa de nuestros ídolos/novios/amigos (ya no sé como llamarlos) y les enseñamos todo lo que nos habíamos comprado antes de que nos dijeran que nos iban a llevar a cenar y que nos pusiéramos algo de lo que nos habíamos comprado. Estábamos muy nerviosas así que llamé a Lou que estaba aún en la casa preparando el vestuario de los chicos para el día siguiente y nos maquilló rápidamente a todas antes de marcharse. Baby Lux estuvo jugando con nosotras mientras su madre nos maquillaba. Cuando estuvimos listas, nos reunimos con los chicos y nos subieron en sus coches. Íbamos por parejas y me resultó extraño, ya que podrían haber usado las furgonetas… Pero me encantaba ir con Liam en el Mercedes así que no me quejé, hasta que noté que cada coche se dirigía a una dirección opuesta.

- ¿Qué pasa Liam? ¿Por qué no vamos en la misma dirección?
- Porque no vamos al mismo sitio.
- ¿Qué? ¿No vamos a cenar todos juntos? – Pregunté extrañada.
- No. – Y sonrió.
- ¿Por qué?
- Porque esta noche es nuestro “mes-versario”.
 ¿En serio? Creí que empezamos a salir el día 17, y hoy no es 17. Estamos a 5, Liam.
- Lo sé. Hoy hace dos meses que empezamos a ser amigos. Hace dos meses te presentaste en mi casa con Marta para decirme que probablemente te habían escuchado decir que yo ya no estaba con Danielle. Y ese día fue el mejor de mi vida hasta que te pedí ser mi novia y aceptaste.
- Oh, Liam… - Mis lágrimas habían empezado a salir desde que dijo la palabra amigos y no podía contenerlas porque yo no recordaba nada de eso. Es decir sí, pero no recordaba los días ni mucho menos.
- Pero no llores, que me harás sentir mal.
- Es que es de alegría…

Seguimos hablando hasta que llegamos a un parque precioso al lado del London Eye y sacó del coche una cesta de picnic. Me hizo tanta ilusión ver que no íbamos a un lugar conocido que abracé a Liam y lo besé sorprendiéndolo y casi haciéndonos caer a los dos. Me cogió la mano y me llevó hasta el muelle del Thames dónde había un pequeño yate esperándonos. Subió él primero y me ayudó cogiéndome por la cintura y levantándome para apoyarme en el suelo suavemente. Fue la mejor tarde/noche de mi vida. Estábamos complemente solos sin contar el piloto del barco. La comida que había preparado Liam estaba genial y no me quería marchar pero recordé que al día siguiente yo tenía que llevar a los niños al colegio y Liam tenía que volar a Francia para promocionar con los chicos. Se lo dije y pedimos al piloto que nos llevara a la orilla. El camino de vuelta a casa fue muy tranquilo. No había fans en la calle y Liam aparcó en la puerta, me acompañó a recoger todas mis cosas y me ayudó a llevarlas a mi casa. Anne y Jack nos saludaron y dejaron a Liam acompañarme a mi habitación para dejar mis cosas. En mi habitación, Liam me cogió por la cintura y me atrajo hacia él para besarme después de poner su mano en mi mejilla. Tuve que separarlo de mí para que se marchara, a pesar de no querer que se fuera.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Capítulo siete.


No había día en Londres que no fuera perfecto. Cada día mejoraba al anterior y todo era porque Liam pasaba todo el día junto a mí. Durante mis noches de canguro, él cruzaba la calle y se ofrecía a ayudarme con James y Sophie. Siempre empezábamos jugando a Toy Story lo que dejaba a James dormido casi de inmediato. Después de acostar a James, poníamos el DVD de Toy Story y Sophie, que se la sabía de memoria, se dormía antes de llegar a la mitad de la película, lo que nos dejaba a Liam y a mí solos durante toda la noche.

Jack y Anne nos encontraban casi siempre durmiendo en el sofá, pero nunca me decían nada sobre que Liam no podía estar allí ni cosas así, al contrario. Cada mañana después de que Liam se quedara conmigo por la noche, Anne añadía a su nota de cada día un: “¿Cómo va todo con Liam?” Parecía que aprobaba mi relación y además le agradaba. Era genial, porque todo el barrio, no, todo el mundo, conocía nuestra relación.

Cuando Liam y yo empezamos a salir públicamente, llamé a todas mis amigas que habían ido a Inglaterra conmigo y nos fuimos a Nando’s a celebrarlo, y, aunque yo no sabía nada, Marta había llamado a Liam (se había convertido en una “Directioner Girlfriend” al ser pillada en una discoteca con Zayn, lo que me molestó al principio porque no me había contado nada de esa relación, aunque después me alegré mucho por ella porque sabía que le encantaba ese “negrito”) y le había dicho dónde estaríamos. Así que, como quien no quiere la cosa, se presentaron allí y terminamos cenando todos juntos. Después salimos a un local que habían reservado mis amigas pero que acabaron pagando nuestros acompañantes según ellos “porque nosotras éramos sus invitadas”. Fue un noche genial y a los chicos les encantaron mis amigas, sobre todo a Harry que, durante el camino de vuelta a casa, me dijo que no sabía quién le gustaba más: si Rebeca o Sara. Louis se reía mientras se lo contaba todo a Eleanor por teléfono y Niall estaba muy contento de haber hablado en español con chicas españolas durante tantas horas. Liam conducía y me cogía la mano cada vez que podía.

Ya llevaba dos meses en Londres y los chicos estaban preparando un nuevo videoclip. Los managers buscaban extras, actrices, djs… Sólo ellos sabían qué canción sería el nuevo hit. Harry y Liam habían convencido a los productores de que todas nosotras (Marta, Sara, Rebeca, Sonia y yo misma) participáramos en el video de alguna manera, y nos enviaron invitaciones a nuestras “casas”.

“Querida Azahara. Es un placer invitarte a participar en nuestro próximo videoclip (del cual aún no sabemos nada, pero no debes preocuparte, ya que los estilistas se encargarán de todo). Por favor, no olvides venir a casa el viernes 3 de noviembre a partir de las 15.00 h. Te quiere, Liam P.”

Viernes 3… Viernes 3… Miré el calendario de la cocina y me di cuenta de por qué me llamaba la atención esa fecha. Ese día debía quedarme toda la noche con James y Sophie ya que Anne y Jack tenían un importante viaje de negocios durante dos días y una noche… No podía creer que me fuera a perder la grabación de un videoclip con mi novio. Llamé a Liam de inmediato, pero no podía hacer nada. Todo estaba organizado para ese día. No se podía cambiar. Genial…

Viernes 3… Había llegado el día, el día en el que no vería a mi novio. James y Sophie habían llegado cansados del colegio y, después de comer, se habían ido a sus habitaciones a dormir. Estaba sola en casa. Me hice un café, le puse nubes y me senté en la ventana del salón desde la que se veía la casa de los chicos. Estaban todos, incluso mis amigas, a las que no les había dicho que yo no estaría porque quería que tuvieran la oportunidad de disfrutar de esa experiencia. Zayn abrazaba a Marta por detrás y le decía algo en el oído que hizo que la sonrisa de mi amiga se esfumara por completo. Se separó de los brazos de su novio y fue hacia Harry, Niall, Rebeca, Sara y Sonia y les dijo lo que los chicos ya sabían: que yo no estaría allí. Pero quién más me preocupaba era Liam, que estaba sentado en una esquina en el suelo con la cabeza entre las piernas y los brazos rodeándolas y a su lado estaba Eleanor, que intentaba sin éxito animarlo. Empecé a llorar y me fui de allí. No podía seguir viendo como Liam no podía hacer su trabajo. Si lo hacía mal, siempre sería por mi culpa… Acabé en la habitación de Sophie tumbada en la cama con ella y, más tarde, con James, que no conseguía dormir.

Cuando llevaba mucho dormida (o eso me pareció), sonó mi teléfono y respondí sin decir nada,  solo dejando que la maravillosa voz de mis ídolos cantando More than this en directo para mí envolviera mi cabeza. Unos segundos más tarde, Liam me pedía que mirara por la ventana del salón, por lo que bajé las escaleras, no sin antes comprobar que mi pelo estaba medio presentable y corrí las cortinas. Entonces los vi. Estaban todos en el cristal de la ventana y tenían folios en sus manos. Uno a uno comenzaron a subir los folios para mostrar un mensaje: “No pudimos hacerlo sin ti. ¿Vendrás mañana?”. El último folio era un corazón rojo sujetado por Liam que tenía los ojos hinchados, al igual que yo. Simplemente sonreí y dije que sí con un gesto de cabeza. Eso provocó que los folios que sujetaban los chicos salieran volando y Liam acabara por los aires. Busqué un folio y un bolígrafo y escribí: “Cuidado, quiero verlo mañana.” y lo puse en el cristal. Harry me vio y me señaló mientras reía. Me despedí de los chicos y me volví a acostar. El día siguiente era mi día libre ya que Anne y Jack llegarían durante el transcurso de la noche.

Desperté sobresaltada y miré el reloj. Tan sólo eran las 9 de la mañana pero había un gran barullo en la casa. Me asusté y bajé corriendo las escaleras. Anne y Jack servían el desayuno a sus hijos y a 5 chicos más. 5 chicos que vivían en frente y que últimamente pasaban mucho tiempo en esta casa. Me relajé y volví a subir, me duché, recogí mi habitación y bajé tranquilamente. Saludé a mis amigos y recibí un par de besos en la frente de mi novio antes de tomar una tostada con Nutella que me ofrecía Sophie.

- Entonces Anne, Jack, no os importa que os robemos a Azahara durante hoy y mañana, ¿verdad?
- No, para nada. Puede quedarse con vosotros siempre que ella quiera.
- ¿Cómo?
- Nada, tú quieres. – Respondió por mí Liam.
- Espera, ¿qué se supone que quiero?
- Quedarte dos días con nosotros. – Me contestó Louis.
- ¡Ah! – Mi cara de desconcierto era visible, puesto que todos reían a mi costa. – Si me dejan mis jefes…
- ¡Claro que te dejamos! Habíamos pensado irnos de picnic de todas formas hoy. Pásalo bien. – Anne me abrazó y literalmente, me echó de casa ayudada por los chicos.
- ¡Esperad! ¡No llevo nada de ropa!
- No la necesitarás.
- ¿QUÉ? – Me quedé tan rígida de repente que los asusté a todos, aunque después comenzaron a reír.
- No te preocupes, nuestra estilista te dejará toda la ropa que quieras. Además, tendrás que dejar que decida tu vestuario para esta tarde. – Me contestó lentamente Liam.
- Está bien.

La casa estaba preciosa. Decorada para una fiesta. ¿Sería eso lo que haríamos? ¿El vídeo de “Up all night”?
- ¿Qué canción es la que vais a grabar?
- Up all night. Se supone que no debíamos saberlo pero como ya empezamos ayer…
- ¿Y por qué no lo debéis saber? ¿No tenéis que ensayar antes?
- No. En esta canción no. Es todo improvisación, salvo algunos momentos en los que aparecerás tú, preciosa. – Harry me miraba con su media sonrisa tan… tan… No sé, supongo que Sara y Rebeca tendrían la palabra correcta para definir la sonrisa del moreno.
- Para, Harry, o te ganarás un puñetazo. – Me defendió Liam.
- Está bien. Pero ya está avisada.
- ¿Qué tendré que hacer, Liam? Yo no se bailar…
- Tranquila. No tendrás que bailar. En realidad nadie sabe qué hará cada uno, por lo que solo deja que Lu te prepare y resalte esa preciosa sonrisa que tienes.

Y me besó. Un beso dulce y lento pero que después se convirtió en un beso más rápido y profundo con nuestros cuerpos muy juntos, hasta que alguien tosió y nos interrumpió. Era Lou que llevaba a la pequeña Baby Lux en brazos. Dejó al bebé con Liam y me cogió de la mano para sacarme de allí. Me llevó al baño de la planta de arriba, dónde tenía todo lo necesario para arreglarme el pelo, las uñas y maquillarme además de un montón de ropa, zapatos y complementos. Empezó poniéndome una mascarilla en la cara para obligarme a no mirar y relajarme. Siguió con el pelo y me puso unos rulos por toda la cabeza en menos de 30 minutos. Llegó el turno de las uñas, las cuales me las pintó de un rojo brillante después de limármelas y arreglármelas. Una vez hubo terminado, me retiró la mascarilla y comenzó a maquillarme de espaldas al espejo. Notaba las cosquillas de las brochas y los pinceles además del eyeliner y las pestañas postizas. Terminó no sin antes avisarme de que no abriera los ojos, que siguiera relajada, y me quitó los rulos. Noté los grandes rizos, que fue deshaciendo conforme los unía al recogido que me estaba haciendo. Notaba sus manos poniéndome ganchillos y mucha laca. Y entonces, me dio la vuelta lentamente.

- Abre los ojos cuando diga 3. – Respiré hondo y ella empezó a contar. – 1… 2… y 3.

Abrí los ojos y me quedé muda. Era increíble el cambio que había hecho en mí en tan sólo una hora. Tenía una pestañas largas y voluminosas y las sombras resaltaban mis ojos azules. El pelo lo tenía en un medio recogido con mechones rizados sueltos que me hacían la cara más delgada. Estaba perfecta. Como si fuera a celebrar mi propia boda. Lou sonrió ante mi expresión de asombro y se dio la vuelta para elegir mi vestuario.

- ¿Cuál te gusta más? ¿El vestido azul o el blanco? – Miré los dos vestidos que me enseñaba y los dos eran perfectos. Uno era azul marino de tirantes y de seda transparente con un lazo enorme y pliegues, y el otro era blanco palabra de honor con un lazo azul más pequeño que el del otro vestido.
- Me gusta más el blanco.
- A mí también. – Soltó el azul y me ayudó a ponerme el vestido blanco. – Ahora elige unos zapatos.
- ¿Los que quiera?
- Sí, claro. – Observé todos los zapatos que había en el suelo: todos eran blancos, azules o negros o una mezcla de esos colores, pero había de toda clase: con tacón alto, sin tacón, sandalias, botas…
- Me gustan éstos. – Cogí un par que eran unas sandalias de cuñas con tiras blancas y azules.
- Perfectos. Y ahora, los complementos. – Abrió un maletín y me enseñó muchas pulseras, pendientes y collares.
- Vaya… Nunca había visto tantos accesorios juntos.
- Pues esto no es nada. Sólo me he traído los que pegan con el estilo de ropa que había decidido para ti. ¿Cuáles quieres? – Vi unas perlas pequeñas y las cogí sin pensarlo. Después me di cuenta que estaban sus complementarias pulseras pero no había collar.
- ¿No hay collar?
- Sí, lo siento. – Cerró el maletín y lo puso encima de un mueble. Entonces me di cuenta: lo llevaba puesto ella.
- No, no, no importa. Escogeré otros.
- No te preocupes. Quedará genial en ti. – Ya se lo había quitado y me lo colocó asegurándose de que no se viera el enganche ocultándolo con mi pelo. Después me cogió los pendientes y me los puso mientras yo me ponía las pulseras. – Perfecta. Ahora tendrás que esperar aquí. Aún no puedes ver a los chicos. Te traeré algo de comer, pero prométeme que no te moverás de aquí. Y no llames a Liam. Tiene prohibido verte antes de la grabación, y tú ahora también.
- Está bien… Supongo que podré aguantar. Gracias por todo, Lou. – La abracé sin recordar que los ingleses no están acostumbrados al contacto físico, pero ella me devolvió el abrazo.
Tranquila. Todo saldrá bien. – Entonces se marchó y me dejó sola.