Durante el primer mes en Londres, conseguí ser el centro de
atención de todas las fans histéricas que se pasaban el día y la noche frente a
la casa, además de los periodistas. Todo el mundo, y hablo de todo el planeta,
sabía que soy la nueva amiga de One Direction, que Danielle y Liam ya no están
juntos y lo achacan a mi aparición, aunque yo sabía que los problemas entre
Danielle y Liam venían de mucho antes de conocerme. Mis padres me llamaban cada
día y mi hermana me contaba que toda España me conocía y que no paraban de llamar
a mi casa para contactar conmigo. Era una locura.
Al cabo de mes y medio en Londres, los periodistas nos
dejaron tranquilos por fin, al comprobar que Liam y yo sólo éramos amigos y
pasábamos mucho tiempo en el parque con James y Sophie. Resultó que Liam y
James tenían los mismos gustos y que a James le encantaba jugar a Toy Story con
Liam. Sophie, por el contrario, nos veía tanto tiempo juntos que no paraba de
decir que éramos novios. Un día, a mediados de Octubre, cuando todo estaba
preparado para Halloween, Sophie y James estaban jugando en los columpios y
Liam y yo estábamos sentados en un banco cercano. Sophie nos vio y vino
corriendo.
- Liam, ¿podemos hablar?
- Sí, claro, Sophie. ¿Qué quieres?
- Quiero que seas el novio de Azahara. – Yo me
puse colorada enseguida y Liam comenzó a reír.
- ¿Por qué quieres eso, pequeña?
- Porque no quiero que se vaya ni que te vayas tú.
– Y se marchó corriendo de nuevo.
Ni Liam ni yo nos atrevíamos a hablar. ¿Podía ser que la
pequeña Sophie hubiera expresado los miedos que teníamos los dos? Bueno, mi
miedo a perder a Liam era real, pero seguro que a él le daba igual perderme a
mí. Podría tener a cualquier otra chica.
- ¿Estás bien? – Le pregunté a Liam después de más
de 5 minutos en los que ninguno habíamos dicho nada.
- No. – Por primera vez Liam me cogió la mano. Yo
agaché la cabeza y miré anonadada nuestras perfectas manos entrelazadas. Era el
primer contacto físico real que teníamos puesto que no me parecían importantes
las varias veces en las que Liam me obligaba a mirarle sujetándome la barbilla.
- ¿Y esto?
- ¿No te gusta?
- No… No es eso. Es que me da miedo. Podrían estar
espiándonos.
- No me importa. – Liam me sujetó la barbilla
justo cuando yo bajaba la cabeza de nuevo, obligándome a mirarlo a los ojos. –
No quiero dejarte nunca. Azahara, ¿quieres ser mi novia?
No podía creerme esto. No podía contestar. No me salía el
habla. No podía estar pasando. Ni siquiera nos habíamos besado antes, ni
ninguno de los dos había expuesto sus sentimientos con anterioridad. Pero él
acababa de pedirme ser su novia. Tenía que darle una contestación.
- Sí… - Apenas había sido un susurro en español, pero
él lo entendió, sonrió y me besó. Noté miles de flashes apuntándonos y millones
de ojos mirándonos pero no me importó. Liam me estaba besando. Liam, mi osito
de peluche. Noté que alguien me abrazaba muy fuerte y, al separarme de Liam, vi
a Sophie que me abrazaba sonriendo. James venía corriendo y fue directo hacia
Liam, quién lo abrazó y comenzó a gritar: “¡Lo hemos conseguido, James!”. No
pude evitar sonreír.
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