domingo, 31 de marzo de 2013

Capítulo treinta.


El taxista paró justo frente a la tienda Disney de Oxford St. porque yo se lo pedí. Me apetecía perderme por esa tienda y comprar algo que me hiciera sonreír como cuando mis padres me llevaron por primera vez a DisneyLand Paris engañada, cuando tenía tan sólo 8 años. Pagué al taxista y saqué mi maleta. Miré la entrada de la tienda con ese enorme DISNEY y me coloqué el bolso en el hombro porque se me estaba cayendo. Entré en la tienda poniéndome las gafas en la cabeza con la mano izquierda sujetando el iPhone en esa misma mano, con la maleta en la derecha y el bolso colgado de ese brazo. Parecía una auténtica turista por lo que pensé que no llamaría la atención. Pero me equivoqué.
- Perdona. – Miré a quién me había tocado el brazo y vi a una niña pequeña, rubia como todas las inglesas que conocía.
- ¿Sí? – Le pregunté intentando sonreír.
- Eres la novia de Liam, ¿verdad? – Me dijo ella al mismo tiempo que una chica un poco mayor que ella llegaba corriendo.
- Amy, te he dicho que no te separes de mi. – Dijo la chica agarrando a la pequeña de la mano. – Lo siento si la ha molestado.
- No te preocupes. – Sonreí y me volví a la pequeña Amy. – Era la novia de Liam, no sé si sigo siéndolo. – Le contesté intentando aparentar que estaba bien, pero no dio muy buen resultado.
- A mi me gustas para Liam. – Me dijo la niña y me abrazó soltándose de la otra chica. Sonreí mirando a la niña y me separé de ella. Me agaché para quedarme a su altura y la miré a los ojos.
- ¿Crees que Liam me perdonará?
- Seguro que sí. Estoy segura que no le has hecho nada ni él a ti. – Me contestó. Lo cual era cierto. Ninguno de los dos habíamos hecho nada y los dos estábamos enfadados.
- Gracias, Amy. – Le di un beso en la frente a la niña y me miró con una enorme sonrisa. – Tengo que irme, pero me ha encantado conocerte. Dije mirando a Amy pero me giré hacia la otra chica. - A las dos. – La chica mayor se sonrojó y supe que ella también me conocía, o al menos conocía a One Direction. – Tengo que irme.

Cogí de nuevo mi maleta que había soltado para abrazar a la niña y me di la vuelta para empezar a mirar cosas que me gustaran. Como suponía, acabé comprándome una libreta de Campanilla y una taza también de Campanilla. Me di una vuelta más por la tienda y encontré un muñeco de Buzz Lightyear. Me acordé de esas tardes viendo Toy Story que pasaba con Liam, James y Sophie y no lo pude evitar. Lloré de nuevo. ¿Y si no volvía a pasar otra tarde así con Liam? No quería que eso pasara. Quería estar con él. ¿Por qué tuve que irme del hotel? Ah sí… Por los celos y la sobreprotección… Cogí el muñeco y me fui a la parte de las princesas. Miré un poco por encima y vi la muñeca que pensé que le gustaría a Sophie: La Bella Durmiente. Llevé todo lo que quería comprar a caja y pagué. Pedí que lo envolvieran y me fui de la tienda sonriendo. Mi idea había funcionado y conseguí olvidarme de Liam. Me fui directa al Starbucks. Ya sólo me quedaba Caroline.

Era demasiado temprano, así que pedí un Mocca grande y una galleta y me senté en una de las mesas. Empecé a jugar con el iPhone haciendo tiempo.

- Hola. – Miré hacia quién me estaba entreteniendo en medio de una carrera de Temple Run y me quedé sorprendida.
- ¿Qué haces aquí? – Pregunté.
- Hablar contigo. – Me respondió Luke.
- No deberías estar aquí. – Fue lo único que pude decir a la vez que miraba hacia la puerta. Si Caroline me veía con Luke allí, tendría aún más problemas.
- Sólo quiero hablar contigo. – Me cogió la mano que tenía encima de la mesa.
- ¡Pero yo no! – Dije soltando mi mano de la suya en medio de la cafetería haciendo que casi todo el mundo se girara a mirarme.
- ¿Qué te ocurre? – Me preguntó frunciendo el ceño.
- Que no quiero que nos vean juntos.
¿Por qué, Aza? ¿Te avergüenzas de tener otra relación? – Dijo una voz tras de mí. Me giré y suspiré.

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